Quisiera escribirme con mi cuerpo, dejar sobre el Changó de mis recuerdos, las cicatrices de tiempo, volver a decirme cuánto lo siento sin saber por qué, para por fin dejar la culpa que ha roto mis deseos, mis músculos, los dedos que han insensibilizado mis pies que bailan solos. Los pasos que se quiebran, juegan el único cielo que sé mirar, y como a veces cuando miro para arriba mis bellos ojos zarcos no resisten la luz, me tapo con las manos de cabuya y bijao, para acordarme de los días de entreno y boleo, y barras, y cuchillos, y Manuelitas, y mamoncillos, y comandas, y juicios, y caminatas, y tesoros y arrullos. Así, las barandas de lo que soy me agarran la espalda en Malamaña, y sostienen lo que tengo por contar: un cuerpo para el espíritu. Pero espíritu, es lo que tengo para rato, así que en medio de esta maluquera literaria, me hice este pulpo asistencial y me dije… : Lázaro levánte y anda. Juuuaaaa.
Para escuchar #MiEnfermedad de @LosRodríguez
mientras cocinamos...
Para 4 personas.
INGREDIENTES
1 Pulpo de 600 gr
100 gr Tahine de garbanzos (con el de berenjena también queda divino)
Aceite de oliva
Páprika ahumada
En una olla con bastante agua, pones un corcho de vino, unas hojas de laurel y algunos granos de pimienta. La dejas hervir. En ese momento pones un puñado de sal y vas a coger el pulpo desde la cabeza sumergiéndolo y sacándolo por tres veces. Eso se llama asustar al pulpo y se hace para darle forma a sus tentáculos. La tercera vez ya lo dejas por completo dentro del agua. Lo dejas cocinar por 40 minutos y le permites enfriarse en la olla.
Una vez frío lo cortas en trozos y lo salteas en aceite de oliva por varios minutos para que tome un poco de corteza tostada. Mientras eso ocurre, montas un plato con el tahine.
Para darle un poco más de color, espolvoreas por encima del plato un poco de paprika
en polvo y un chorrito de aceite de oliva (A mí me gusta el Arbequina)
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