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  • Foto del escritorEl Escudo

Sacrificio indĆ­gena (Bloody Mary)

La noche buena en donde mi abuelita Nora, se pasa comiendo hojaldras, pavo y buƱuelos frĆ­os dentro del corrinche familiar, se lee la novena de aguinaldos, entre el bullicio de las panderetas y los villancicos que cantamos las primas que estudiamos en el Liceo BenalcĆ”zar, alzando la voz con tensiĆ³n y ritmo, para que se oiga en medio del estruendo de todos los demĆ”s hablando duro, hasta que un silencio sepulcral se toma la sala, porque es el momento de cantar ā€œQue canten los niƱosā€, una canciĆ³n de JosĆ© Luis Perales, que mi abuelita adoptĆ³ como himno, en una metafĆ³rica rebeliĆ³n, digo yo para molestarla, contra la noche de paz, que casi nadie puede cantar porque estĆ” en un tono imposible, y nos suena siempre muy mal, desaliƱada, torpe y destemplada. DespuĆ©s llegan los regalos. Siempre se lee en voz alta, y mis primas Ana MarĆ­a y Tita toman la vocerĆ­a para imponer el orden en medio de esa jaurĆ­a, en la que nos convertimos los CĆ³rdoba cuando estamos juntos. Hace tiempo, cuando yo tenĆ­a mĆ”s o menos diez y seis aƱos, sĆ­ que me llegaban paquetes: las pintas nuevas, los zapatos, los aretes, los libros. AsĆ­ que el veinticinco de diciembre era el dĆ­a del estreno, y era tambiĆ©n el dĆ­a en que mi tĆ­o Julio, nos invitaba a su casa a tomar Bloody Mary para desenguayabar. Nosotros, los adolescentes, estĆ”bamos estrenĆ”ndonos en el arte de acercarnos a esa mesa en la que estaban los ingredientes y por fin cambiĆ”bamos de los perros calientes al seviche, sin #EgoĆ­smo, mezclĆ”bamos cada cosa con una cadencia adulta, que nos habrĆ­a merecido el premio a la mayor sensatez y prudencia. HabĆ­amos salido por fin de la zona infantil, y nos trataban de otra manera. AsĆ­ que nosotros nos acercĆ”bamos a ese mostrador que tenĆ­a el jugo de tomate, el limĆ³n, la pimienta, el picanteā€¦ el vodka, y combinĆ”bamos a nuestro gusto sintiendo que tocĆ”bamos el sol. Ese jugo cĆ­trico, rojo, fuerte, significaba el paso, el trĆ”nsito hacia la adultez, era la bendiciĆ³n del papa, la comuniĆ³n con el infinito. De esa mesa, salĆ­amos envalentonados a enfrentar la calle, y su cabalgata, en la que ya medio ladeados veĆ­amos pasar a los caballos entre las acacias y el rĆ­o, en esa Cali fantĆ”stica que se iba volviendo fresquita mientras nos bajaba el trago. Por ese Bloody Mary y por esos aƱos maravillosos, tengo en mi restaurante este trago que estĆ” hecho con tomate tamarilo, en un homenaje a la Cali de antaƱo, a las cabalgatas que lideraba mi abuelo Julio, y a mis recuerdos, atravesados siempre por la familia CĆ³rdoba, que ya entrada en mestizajes ocultos, pastusos y caucanos ha terminado en un:


SacrificioĀ IndĆ­gena



Para escuchar #EgoĆ­smo de @JulioMiranda

mientras preparamos un...



Para 4 personas.


INGREDIENTES

Ā 

240 ml de Vodka

8 gotas de Tabasco (salsa picante)

10 gotas de salsa Worcestershire

2 toques de pimienta negra reciƩn molida

2 gr de polvo de apio

60 ml de zumo de limĆ³n

720 ml de zumo de tomate tamarillo sin pepitas

Ā 

PARA DECORAR

Ā 

Un tronco de apio

Una rodaja de limĆ³n

Hielo

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