Conocí a La Palestina, una noche de calle, en la que la situación se había vuelto más insólita que de costumbre, y yo había decidido desaparecer de mi misma con mi bailarín cholo. El amanecer es siempre una página de incertidumbre, en donde habita una conciencia indulgente, que perdona todo, así que los puestos de fritanga, en las mañanas turbias, juntan historias que se envuelven en ají y se quedan guardadas para siempre, en esos baúles, en los que se puede juntar el valle de lágrimas con el cilantro, y los pies descalzos con los trozos de limón. Amira, era muy bella, desentonaba en ese lugar, sus ojos profundos, índigo, caminaban apropiándose de todo ese mundo hostil, y como la protagonista de su propio papel, jugaba conmigo, a ser la estrella. Pero el sol de la mañana concilia la clientela común con cualquier escenario, y así como ella, princesa árabe borracha, parada frente a ese puesto de comida, para probarle a su marido, que ella era más berraca que él, quien nos cocinaba, no venía de esquivar con baile y amor su propio destino, sino que asistía a él con sus manos trabajadoras, y ese guiso nuestro, tan vallecaucano, que junta en la cebolla de rama y el tomate, las penas colectivas, y las deja en bajito, preparándolas para lo porvenir. Así, frente a mi palestina, estaba Ivonne, que también tenía sus ojos profundos, llenos de tiempo y amaneceres en el fogón. Esa mañana soldamos lo que somos: razas trabajadoras, de ojos inquietos, que a veces, sólo queremos bailar. Éramos en simultánea, Amira, María Claudia, Ivonne, y una princesa cualquiera, frente a una maravillosa yuca rellena, que dejaba entrever, que esa alborada cómplice, siempre sería la prueba de honor, en cualquier circunstancia, probando finura #RayandoElSol
Para escuchar #RayandoElSol de @Maná
mientras preparamos unas...
Para 4 personas.
INGREDIENTES
1 Yuca cocinada a punto y rayada
1 Taza de arroz cocido
Un manojo de cilantro picado
Zumo de 1 limón
Sal al gusto
80 Gramos de cerdo ahumado picado muy finamente
80 Gramos de chicharrón rayado
20 Gramos de ahogao
PARA ABORRAJAR
100 Gramos de harina
100 Gramos de agua
Sal
Aceite para fritar
PARA EL AJÍ
200 Gramos de leche de coco
5 Gramos de pasta de curry rojo
20 Gramos de cebolla de rama picada
20 Gramos de cilantro picado
Zumo de 1 limón
Sal
Ají diablito picado al gusto
Para hacer el relleno se juntan todos los ingredientes.
Lo rico de ponerle la rayadura del chicharrón, es que al freírlas, el sabor del cerdo
en sus dos texturas, da una sensación de finca, de asado familiar
así que cuando se muerde, vas a la fija, el placer es indiferente a cualquier religión.
Con una bolsita untada de aceite se pone la yuca, aplastándola finamente en una capa
Allí se pone el relleno y asistiéndose de la bolsa se hace una bolita, con la yuca, cerrando el relleno. Aparte se bate con un tenedor la harina con la sal, y luego con el agua.
El aborrajado tiene diferentes texturas según el gusto de cada uno.
Entre más harina tiene, es más denso y crocante. el batido a mano con el tenedor es clave,
genera burbujas, y trocitos, lo que va a darle mejor sensación al paladar.
Una vez armada la yuca, se pasa por el aborrajado y se frita. Cualquier ají le va bien.
A mí me gusta juntar el cerdo, con oriente, sólo por molestarlos.
Pero con ají criollo son deliciosas, con suero costeño, o con guacamole.
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